
Nací en Madrid, aunque pronto descubrí que mi verdadera patria eran las nubes: siempre flotando entre hadas, dragones y mundos imposibles. A los 20 años decidí que diseñar moda en Milán sonaba mucho mejor que quedarme quieta… y allá me fui. Lo que comenzó como estudios de diseño y cómic acabó en una larga aventura italiana que duró hasta 2009. En ese tiempo hice de todo: moda, eventos, aceite de oliva (sí, aceite), y hasta conviví con mastines napolitanos y jabalíes. Porque, claro, ¿quién no necesita un jabalí en su vida para inspirarse?
De regreso a España, mi creatividad, ya bien entrenada, decidió que era hora de lanzarse a escribir historias. Y aquí sigo, entre páginas y fantasías.
Soy muy despistada (nivel: experta), alegre, curiosa y con debilidad por los dulces… casi tanto como mi odio visceral hacia los guisantes (enemigos verdes en miniatura). Me encantan los gadgets tecnológicos y vivo rodeada de ellos como si fueran una manada de gatos.